CARTAS

De un Polo a otro Polo



Durante el lapso que va del año 1925 a 1928, Lorca redacta una serie de “coloquios no representables "entre los que está Diálogo con Luis Buñuel*: en él, cuenta, que sentados en su casa en Fuente Vaqueros le dice a Buñuel: "Yo, en cambio, prefiero viajar alrededor de mi jardín" y señalando a la veleta con el gallo sobre la torre de la casa...: "Del Norte al Sur de la veleta del tejado hay la misma distancia que de un Polo a otro Polo". "Absolutamente la misma", sentencia Buñuel.

José María
Palma, 10 de julio de 2011


* Reseña: El tercer diálogo de los editados está inconcluso y no tiene título ni fecha. Los editores han decidido llamarle Diálogo con Luis Buñuel por aparecer a guisa de personaje, junto al propio Federico, el cineasta aragonés. Un tercer personaje aparece en el manuscrito como Aug., y se trata, según todos los indicios, de Augusto Centeno, filólogo y compañero de ambos en la Residencia de Estudiantes.

Este es el diálogo, incompleto, de Federico García Lorca y Luis Buñuel que publicará en fecha próxima el Secretariado de Extensión Cultural de la universidad de Granada: "Escena primera: Habitación blanca con los muebles de pino. Por la ventana se ven las largas nubes dormidas. Los personajes están tomando té.

Federico: Yo no tengo esa sed de viajes que te domina, Buñuel.
Luis: Pues en mí constituye una obsesión.
Augusto: No siento el deseo de ir a todas partes que tiene éste, pero el viaje a ciertos países me gustaría mucho.
Luis: En un campo quieto bajo la escarcha y un bosque agitado por el viento encuentro el mismo fruto de emoción. A veces pienso que la tierra es demasiado pequeña ¡y que todo se conoce ya!
Federico: Piensas así porque eres fuerte.
Luis: No sé qué decirte.
Federico: Yo, en cambio, como Alfonso Karr, prefiero viajar. alrededor de mi jardín.
Luis: A mí me das tierra firme y realidad.
Augusto: Creo que los dos podréis viajar en vuestros mundos sin que al final se pueda saber quién traerá su zurrón más lleno.
Federico: Tienes razón. Del norte al sur de la veleta del tejado hay la misma distancia que de un polo a otro polo.
Luis: Absolutamente la misma.
La tarde se va tendiendo lentamente sobre el monte. Cuatro gorriones con las alas abiertas componen por un" ( ... ) [Y ahí concluye el texto].




Noche de lienzos

Queridos gnomos,

Ayer anduve en otra cena de despedida: masía mallorquina, baño colectivo, con el sol poniéndose en un enorme estanque rodeado por un cañaveral, acebuches y almendros, cena rembrandtiana a la luz de las velas, cipreses, la luna risueña, "algo" flotando en el ambiente y baile: seis damas y nosotros dos. Con Philip Meridian, reputado escritor, músico y poeta que goza de la ambigüedad con ambigüedad, departimos, entre otras cosas, sobre el amor a lo femenino y ayer, vaso a vaso, profundizamos nuestra amistad. Y ellas, mientras tanto trasmutadas en ninfas etéreas, bailaban en círculos cogidas de la mano recreado una bella pintura del renacimiento y, por momentos, una escena goyesca. Amara, la anfitriona ha derrochado su encanto en este lugar que, tras veinte años, lo ha creado a su imagen y semejanza. La casa fue del pintor Lorenzo Cerdá, su bisabuelo. Tal energía se hacía patente en forma de burbujas en el dial de la cámara fotográfica. Noche de cipreses y naranjas. Por unos instantes sentí que Víctor Hugo pululaba entre nosotros, como gato curioso y a gusto en su elemento. Un momento en el que me alejé un poco del grupo, os oí correteando por el suelo huyendo despavoridos de mis pisadas.

Una noche de lienzos: pintura de la que uno no quiere salirse.

¡Hasta siempre y nunca queridos gnomos!

José María
Palma, 11 de julio de 2011